Juan José GurrolaDuchamp’s BeeSeptemberSep 18th - NovemberNov 7th, 2015Gaga Mexico City
1. Lorenzo duerme. Sueña con una mujer que tiene dos mechones pintados de verde, casi menta.
2. Lorenzo está despierto. ¿Qué miran sus ojos?
Segunda vez en la historia del mundo que se muestra la instalación Duchamp’s bee o La abeja de Duchamp del maestro Juan José Gurrola. La primera vez sucedió en el CNA (Centro Nacional etcétera) y Patricia Sloane fue la curadora. Agosto, 2002.
Tan simple (as simple as) como que Lorenzo está dormido
Una abeja vuela
Lorenzo está despierto ¿por causa del vuelo de la abeja y su zumbido?
Permítase aquí la digresión: el vuelo de la abeja es lo contrario a lo infraleve. Quizás sea lo contrario a la voluntad de elección. Lorenzo perfectamente dormido sueña con una mujer. A Lorenzo lo ilumina una pulsión erótica. Está FELIZ durmiendo.
Lorenzo despierto es el hombre, el imbécil, el sastre del títere. (La mujer, dado que ¿Pensamiento misógino?)
Quizá ya me estoy arrepintiendo, si se me permite, de tocar cuan definitiva es la imagen de lo improbable en el proceso de la contemplación. Es siempre peligroso abrir los ojos frente al placer erótico o sensual de las apariencias pictóricas.
Una línea recta no es una elevación hacia la pureza apolínea, sino una supresión racionalizada del placer que emana naturalmente de una curva. Podría añadir que puedo ser acusado de que mi deformación crítica me hace ver destellos eróticos donde simplemente se expresa una exaltación pura, plástica. Pero arrodillarse con fervor a la razón estética, confiere una negación al verdadero placer, que irremediablemente me negaría la posibilidad de este análisis; que intenta poner en claro que partimos de la señal erótica, del trazo, de la inseguridad, de su gesto primitivo y su esencia fantasmagórica, para ponernos en este juego de símbolos y simulacros, desde donde podemos reconocer el esplendor…
Or as, como dice mi contemporáneo sobre el erotismo vale apuntar: “Follar es lo único que desean los que van a morir. Todos vamos a morir. Follar es lo que desean los que están en las cárceles y en los hospitales. Los impotentes lo único que desean es follar. Los castrados lo único que desean es follar. Los heridos graves, los suicidas, los seguidores irredentos de Heidegger. Incluso Wittgenstein, que es el más grande filósofo del siglo XX, lo único que deseaba era follar. Hasta los muertos, leí en alguna parte, lo único que desean es follar. Es triste tener que admitirlo, pero es así”.
POR ÚLTIMO Y PARA ACLARAR DE DÓNDE VIENE LORENZO, QUÉ CUENTO
El músico y dramaturgo Leonard Bernstein, famoso por escribir West Side Story, se casó y para su luna de miel viajó a Cuernavaca, Morelos. Durante su luna de miel escribe la ópera en un acto Trouble in Tahiti. En lugar de follar y follar bajo la eterna primavera, Bernstein escribe. Ve venir el conflicto.
Esa misma obra (escrita por Bernstein en 1952) fue traducida por Gurrola en 1992 y llevada a escena en una ópera sabrosa que la crítica, bueno, la crítica ya se sabe lo que dijo y no importa. En algún momento, casi en la cumbre del conflicto en Tahití Lorenzo aparece como parte de la escenografía en luz neón y se enciende. ¿Se entiende?
Hay que ver una fotografía de la puesta, del vestuario, para poder atestiguar el estilo Early Narvarte, identificado por Gurrola, propulsado por él y que solo Gurrola aplicó. Corbatas anchas con puntos en tonos carmín y pastel. Trajes de solapas anchas, todo ancho, vestidos con pliegues y volumen. Al estilo Early Narvarte lo distingue la duda de si utilizar sus ahorritos en una casa en Valle de Bravo o en Tepoztlan.
Mauricio Marcín