Guillermo Santamarinafunkadelics’ parliament (o de las insignias de[re]valuadas)OctoberOct 17th - DecemberDec 20th, 2017Gaga Mexico City

“The most fatal thing a man can do
is try to stand alone.”
― Carson McCullers:
The Heart is a Lonely Hunter

El gallo atómico ha cantado y nos ha advertido sobre la catástrofe por venir, su canción es estruendo bello y doloroso; parecido al último canto del cisne al despedirse para siempre, cuando nos presagia un final inminente. Inspirado por las tragedias apodícticas, la esencia de lo gótico (en toda la extensión de la palabra), y los ritos de abjuración, Funkadelics’ Parliament (o de las insignias de[re]valuadas) es el proyecto más reciente de Guillermo Santamarina, donde reflexiona sobre personajes entrañables y desgraciados, la búsqueda de una de redención inalcanzable y la fiesta eterna y fatídica de los misfits y los freaks.

El artista ha creado una puesta en escena caótica y disoluta, en la que mezcla libremente diferentes referencias de la literatura, el arte y el rock. El resultado de esta mescolanza es un sentimiento de catarsis colectiva. Similar a una misa de un culto extraño, o parecida a los conciertos de Parliament o Funkadelic, en los años setenta del siglo pasado, donde cientos de almas se congregaban para entregarse a la orgía del funk. Y con la promesa de una eventual redención, en un espacio singular donde los rechazados se encontraban y reconocían, arrastrados por la catarsis, humo de mota, y una obtusa nave espacial de cartón.

Santamarina escudriña la aflicción del existir para aquellos diferentes y otros ante la opresión de la realidad. Irónicamente rescata los momentos más inhóspitos de estos personajes y los transforma en actos de benevolencia, un ejemplo claro es el personaje de J. Singer de la novela The Heart is a Lonely Hunter de Carston McCullers, quién desde su condición marginada de sordomudo, se esfuerza en concurrir a la solidaridad humana y a la fe, aunque sea por un periodo absolutamente aciago, de la mano de individuos en condiciones insalvables, y al final, tristemente resolutorio en su tragedia. Para Santamarina, ese nodo dramático se vuelve un acontecimiento que abre la posibilidad a un entendimiento divergente de este mundo hoy; sobre nuestras discontinuas capacidades de fraternidad, y sobre la fortuita devoción del prójimo por su igual.

La ilusionada unión como una promisoria fuerza de restauro y continuidad, es parte fundamental en esta exposición, no solo desde la certificación de un modelo que informa las asistencias, las colaboraciones y las coautorías de las piezas expuestas, sino también en su subtexto. Las obras nos hablan de la amistad y la complicidad como actos instrumentales, de expansión irremediable de la melancolía, de presumible salvación, de subversión y de emancipación sublime. Y también de la catástrofe como una posibilidad liberadora; y de la fuerza y la conciencia colectiva actuando frente a la adversidad, en estos tiempos nefarios, en estos entornos de derrumbe.

Guillermo desea que sirva esta exposición como un escaparate para hablarnos de las posibilidades creativas de la rebelión de los marginados, de los venidos a menos, todos esos que cada día somos más. De su fragilidad y su impermanencia, que también son las nuestras.

Laos Salazar, 2017