“En este mundo no hay nada cierto, salvo la muerte y los impuestos.”
Benjamín Franklin
“¡Muerte, impuestos y partos! Nunca hay un momento conveniente para ninguno de ellos.”
Margaret Mitchell, Lo que el viento se llevó, 1936.
Primero la noción de persona, del latín personare, que quiere decir resonar. Era la mascara usada por los actores, luego se convirtió en el papel o el actor mismo, para luego derivar en un individuo de la raza humana. Aquel que en la vida real representa una función y que existe hasta el momento de su muerte.
Luego persona moral, del latín persona ficta como forma jurídica y mores, costumbre. O persona jurídica, una entidad no natural o física vista por la ley con el estatus de persona; un sujeto aparente que oculta a los verdaderos. Existe como consecuencia del acto jurídico de constitución y puede tener una vida que exceda la de aquellas personas que la constituyen.
Entonces la pregunta es, ¿cómo y qué declarar ya sea como persona física o como persona moral, en la dinámica de la exposición colectiva de verano? Performances pasados, retratos, cuerpos y proyectos de largo plazo, personajes ficticios y Empresas… Para aquellos que declaran y aquellos que deciden no hacerlo. Para aquellas personas morales y las que son inmorales, e incluso aquellas que no existen.
Fernando Mesta
Junio 2010 , México D.F.