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Durango.- Después de un par de semanas de planeación de la exposición con Mariana, a manera de ritual, decido caminar un par de metros de la glorieta de la Cibeles hasta llegar a la cortina del local en el que fue el primer Gaga. Está lloviendo y hay fila para entrar al Contramar. Como no tengo nada que hacer ahí, me retiro.
Uno no es ninguno talló Claire Fontaine en la puerta de madera del baño del Laboratorio Arte Alameda. Junto con los demás artistas participantes en la exposición colectiva Otra de vaqueros -curada por Perros Negros y Toasting Agency en 2007 en ese museo, participando de ese rito universal en los baños públicos. Esta frase también aparece en la obra de este mismo colectivo conformado por Fluvia Carnevale y James Thornhill, que formó parte de la exposición inaugural de la galería Gaga en la Ciudad de México el 4 de enero de 2008 en la calle Durango.
Adriana Lara, artista que junto con Fernando Mesta y Agustina Ferreyra conformaron el colectivo de curaduría y gestión Perros Negros, crea el logo de la galería… esta espiral hipnótica que como una especie de trompo se encuentra en el piso sin moverse. La puerta o el espiral parecen entradas o umbrales a un universo particular, en el que Gaga nos permite transitar por medio del programa que consolida reuniendo a un grupo de artistas de distintas generaciones y latitudes cuya práctica artística comparte narrativas que en ese momento no eran recurrentes en el contexto mexicano. Este aparentemente heterogéneo grupo de artistas reacomodan símbolos, deconstruyen categorías totalizantes y exploran un mundo saturado de códigos, para evidenciar contradicciones en nuestra realidad social pero no desde la denuncia sino desde el juego o la ironía. Con infinita sensibilidad apelan a esa sensación de desasociación del modus operandi del mundo contemporáneo.
Amsterdam.- (Yo vivía en Guadalajara) Coincidía que estaba en Ciudad de México y decidí visitar a mi amiga Luisa en su trabajo. Me muestra una serie de piezas de Sam Pulitzer realizadas en serigrafía y fondos realizados con pintura electrostática. Gaga en aquel momento ya tenía una larga historia, pero esta ya no me tocó a mí vivirla. Estas piezas de Pulitzer me parecen impecables a nivel formal y es hasta que realizamos esta curaduría que me entero que Marce es la responsable de supervisar dicha producción. Ahora que revisamos la muestra “War Pickles” y nos muestran la escultura de acrílico que presenta un dibujo de Rick Owens en calidad de quimera, entiendo la forma en que Pulitzer trabaja con las imágenes, el internet y herramientas análogas como el dibujo y la escultura para crear cyborgs.
Jay Chung y Q Takeki Maeda actúan el video de la canción She’s Gone de Hall & Oates de los años setenta, rescatando una obra de video performance en una era pre-MTV. Como en el resto de obra, buscan apropiarse de las estructuras dominantes del arte para evidenciar lo que se excluye.
Pintar en México (y pintura a secas).- Mientras que allá afuera se discute la pertinencia de tal o cual medio para la creación artística, Kaplun, Aviña y Gurrola, pintan diligentemente en sus respectivas temporalidades, sin prestarle mucha atención al relajo argumentativo que se repite eternamente tanto en espacios de educación artística, como en los encuentros sociales en los que se discute el marco de lo que se considera el Zeitgeist de un momento dado. A pesar de pertenecer a generaciones distintas, la obra de estos artistas encuentra un punto común en acercarse a la pintura desde una sensibilidad que cabalga con anteojeras, sin dejarse distraer por el entorno, caminando hacia un rumbo propio. Gurrola toma a un Guston que se fue de México, pintando a la manera mexicana, antes de erigirse la “cortina de nopal” y lo regresa a nuestro país después de una ruptura de la misma, cuando este se encuentra pintando el limbo que existe entre la abstracción y la figuración: la caricatura. Si pensamos en la influencia de Posada sobre los muralistas mexicanos, este bucle cobra sentido, a pesar de la estigmatización de dicho medio. Gurrola samplea a ese Guston que abandonó el expresionismo abstracto y no se alinea al minimalismo, y de la misma forma que el artista canadiense, él no se alinea a la pintura neomexicanista. Por otro lado, Kaplun y Aviña estudian en la ENPEG “La Esmeralda” al final de una “época dorada” de neo conceptualismo tardío en México, en un momento en el cual la pintura se encuentra más bien marginalizada. A pesar de que después de la crisis inmobiliaria del 2008 de Estados Unidos, los mercados internacionales retoman este medio por su viabilidad comercial, en México el desinterés por la pintura en múltiples circuitos artísticos se extendió hasta finales de la década del 2010. Los artistas como Marco Aviña y Karla Kaplun que pasaron sus años formativos en esta época, obtuvieron herramientas para ser pintores que piensan más allá de los márgenes del bastidor, sin por esto descuidar el oficio que demanda la pintura de estudio. En este contexto, en el año 2012, la artista Adriana Lara realiza la muestra “La pintura (lasser) moderna” en la cual juega con las ideas de la moda como indumentaria e industria y la moda como las tendencias estilísticas dentro del mercado del arte. La pertinencia o protagonismo de dicho medio no está en tela de juicio dentro del programa de Gaga, pues este como muchos otros, es un medio más para la enunciación dentro de los cuerpos de obra de los diferentes artistas de la galería. En el caso de Peter Fischli la pintura del simio que termina en posesión de su tío en su infancia (con el anhelo de que este alcance en algún momento el éxito profesional), posee dos dimensiones, la del ejercicio plástico del artista como niño y la del readymade, reencontrado por el artista como adulto.
A su vez, Ricardo Nicolayevsky, Guillermo Santamarina y en un mismo sentido Juan José Gurrola, se salen de los cánones con energía que extraen y revuelven desde un lugar distinto al del artista que explica su obra desde las escuelas artísticas.
Vestir.- O no necesariamente vestir. Por ejemplo, recuerdo ver por vez primera los Nike Air Streak Spectrum Plus en colaboración con Supreme que el dúo ASMA utilizó como soporte para describir una estampa naturalista con el reconocible tono neo-romántico que distingue al dúo artístico. Los objetos cotidianos son recurrentes soportes en la obra de la dupla ecuatoriana-mexicana, pues las escenas que presentan nos recuerdan aquellas escenas de la pintura decimonónica en la que el artista melancólico, harto de las grandes ciudades, en plena revolución industrial, decide voltear la mirada a aquellas estructuras góticas consumidas por árboles, pastos y musgo. El deseado zapato colaborativo de Nike y Supreme es un producto cultural de nuestra era que es superado por una escena idílica en un estanque sobrevolado por una libélula. Bernadette Van-Huy por otro lado, aprende sobre moda consumiendo todas las revistas que puede y creando los espacios donde la gente pueda precisamente vestir: las fiestas. En el caso de BC, la moda no se vuelve un material de la obra artística, sino que la sesión de fotos es el objeto artístico, como se puede observar en la serie de fotos que el colectivo realiza utilizando las piezas de la colección Jumex como utilería para una serie de fotos que toma como referencia las pinturas de Mary Cassat para sus composiciones. La moda es una disciplina artística del día a día y precisamente por eso varios artistas de la galería realizan tanto ropa como joyería como una extensión de su oficio artístico.
La aparente vacuidad del mundo de la moda y del arte se vislumbra en las fotografías de moda de Bernadette Corporation, a través de composiciones de Mary Cassat y obras de la colección Jumex o las ideas del poeta Mallarmé. Éstas, a su vez, dialogan con la belleza en los objetos de Marc Camille Chaimowicz, remitiendo al diseño de interiorismo, considerado un arte menor al arte expuesto en galerías. La asociación de símbolos como dibujos se puede ver en la joyería de Ana Pellicer y las creaciones de joyería de Mended Veil -el alter ego de Danny McDonald, quien nos ofrece también estas escenas de la vida a través de muñecos y props del imaginario contemporáneo, al igual que Mathieu Malouf pintando imagenes de objetos o situaciones de la vida cotidiana.
Sacar la galería de la galería.- Emily Sundblad, como buena galerista/artista, decide salir de la galería con su exposición (pues imagino que puede ser más cansado estar dentro de una galería dirigiéndola que exponiendo en ella). De una manera que me recuerda a Eydie Gorme con Los Panchos, Emily canta un cover en español de la canción “Enjoy the Silence” de Depeche Mode en el piano, debido a que la artista menciona que le gustaría hacer objetos artísticos que el público no especializado pueda apreciar. Presenta pinturas en el inmueble de a lado, el restaurante Contramar y ameniza las calles del centro histórico de la ciudad de México en la calle de 5 de Mayo cantando sobre pistas de piano. Fernando Palma se filma caminando a las orillas de la ciudad de México con una cabeza de coyote de cartón. Podría decirse que las piezas de Palma intentan moverse para escapar de la galería, pero mueren en el intento. En el caso de Gurrola, el asunto es más de entrar y salir entre el teatro y la galería. En el de Nina Könnemann, de meter y sacar (de un bote de basura, una caseta de cargado de celulares) y de estar afuera de la galería y el estudio, filmando en las calles. También se debe salir para fumar, debido a que ya no se permite dentro de muchos edificios hoy en día.
Filmada en la Ciudad de México en 2007, Imperio es un remake de la famosa obra Empire de Warhol realizado en colaboración entre Reena Spaulings, Claire Fontaine y Bernadette Corporation, en donde observamos la Torre Latinoamericana inerte que a su vez nos permite ver en ella reflejada nuestras idealizaciones de lo que significa ser moderno o ser partícipes en conversaciones en un mundo globalizado. Pero sobre todo, es un llamado a las asociaciones de mundos que coinciden no en las reglas o diálogos imperantes sino en los de narrativas y experiencias estéticas compartidas fuera de éstas.
Sentarse en el piso.- Importante. En el pasto de alguna terraza, o en el pretil de la ventana. Con artistas de todo tipo, principalmente para platicar, si es en la calle, de nuevo, porque no se puede fumar adentro.
Fernando nos comenta lo que significa representar al artista suizo Peter Fischli en su galería. Fischli es un artista que surcó el mundo del arte dentro del colectivo que creó con su amigo David Weiss y que a partir de la muerte de éste, regresa a trabajar en solitario a sus 60 años. En este sentido es muy simbólico que Gaga tenga en su inventario el dibujo de un chango que pinta de niño y que regala a su tío, quien lo guarda como presagio a su futura carrera como artista.
También formada en las escuelas artísticas de Suiza, Vivian Suter replantea su práctica a partir de las condiciones atmosféricas y temporales del lugar donde decide vivir a partir de 1982: Panajachel, Guatemala. Su entorno se vuelve no objeto de inspiración y representación sino de coautoría.
Gesamtkunstwerk (no sé alemán).- Vivir en la rigidez de las categorías puede hacer que uno se aburra mucho. Es interesante cuando la obra artística existe en las fiestas, dentro de una memoria USB, en una servilleta en la sobremesa, en una habitación de gran tamaño o en los bolsillos. Cosima von Bonin aboga por exposiciones colaborativas en las que sus peluches escultóricos parecen invitar al espectador a sentarse con ellas a platicar. Lo que podría ser una pieza bidimensional montada en pared, se vuelve objeto escultórico que corta el espacio. En la obra de Marc Camille Chaimowicz también podemos detectar unon ejercicio creativo que va desde realizar dibujos, diseñar muebles, diseñar lámparas y crear objetos en general, hasta la creación de espacios. Chaimowicz reivindica a través de su trabajo el ejercicio sensible cotidiano de crear un espacio. Ana Pellicer por otro lado presenta en el espacio como objeto escultórico los mismos pendientes que podrían colgar de las orejas de la o el espectador. La escultura no reemplaza al objeto de joyería, ni viceversa, sino que Pellicer nos permite portar y habitar con los objetos, ambas dimensiones al mismo tiempo. Los cuerpos de obra que nos permiten experiencias estéticas tangenciales pero al mismo tiempo integrales, me parecen en la contemporaneidad las que mayor cercanía poseen con la idea de “obra de arte total”.
La performatividad como acto de creación integral es algo inherente en muchos de estos artistas. Emily Sundblad canta increíble, es artista pero también tiene un proyecto de galería en colectivo. Alex Hubbard cuestiona el acto mismo de pintar, de realizar composiciones, pero también de cómo se usan sus obras.
Las palabras.- La primera frase que identifico en el video de Karl Holmqvist que Fernando nos muestra en una laptop a Mariana y a mí en una tarde calurosa en Guadalajara es la letra de la canción “Cocaine In My Brain” del artista jamaiquino Dillinger. Me comentan que era una experiencia alucinante la forma en la que las palabras del artista sueco resonaba en las paredes del Laboratorio Arte Alameda en 2007, a pesar de esto, el solazo de la calle, las labores del taller mecánico que se encuentra frente a la galería y demás sonidos propios del mediodía, se vuelven una extensión de los poemas de Holmqvist, que se construyen como un collage que integra el sonido de las palabras escritas por el artista, fragmentos escritos por otros autores y la visualización de las palabras recitadas. Las palabras son comunes en las galerías, pero en Gaga estas no actúan solamente como complementos de los objetos artísticos, sino que son elemento protagónico de las exposiciones. El artista mexicano Guillermo Santamarina, por ejemplo, además de producir arte desde los objetos, plantea sus títulos desde una sensibilidad poética que puede surgir en el vivir cotidiano de la mesa de un restaurante. En la muestra colectiva del año 2014 “Todos los originales serán destruidos” esto se hace evidente en el hecho de que la muestra conjunta obras realizadas por escritores, entre ellos Luis Felipe Fabre. En la Ciudad de México, entre conversaciones, me comenta el escritor que en el campo del arte contemporáneo es donde irónicamente se topa con más censores de su pluma, pero que a pesar de esto, Gaga es el espacio en donde su obra literaria ha dialogado con el arte contemporáneo de manera más libre. Por esta razón nos pareció pertinente integrar un texto del escritor capitalino como una obra más dentro de la exposición.
Ir a Guadalajara.- Después de un año fuera de la capital jalisciense, me entero de que un grupo de artistas a quienes estimo, asisten con recurrencia a la nueva sede de la galería Gaga en la ciudad. Este grupo reúne artistas plásticos, escritores, músicos, productores audiovisuales y diseñadores de moda. A partir de la apertura de dicho espacio en la ciudad de Guadalajara, este grupo, a los ojos de la ciudad “desordenado”, pareció obtener un nuevo norte. Al realizar esta curaduría, nos encontramos con cuerpos de obra en los que se integran la pintura, la literatura, el ready made, la fotografía, la indumentaria, el teatro, el performance, el video y cualquier otro lenguaje que permite reacomodar elementos preexistentes para expresar la subjetividad humana. La elección de una carrera artística ofrece muchos más momentos de desconcierto, añoranza y desorientación que de certeza, conformidad y dirección concreta. Esta turbulencia emocional, propia de las actividades de “lo sensible”, viene por fortuna de la mano con amistades particulares, que no solo hacen llevadera la vida de quién decide tomar este camino, sino que también alimentan esa parte de nosotros que no se puede señalar en el cuerpo. Estas amistades abarcan desde personas que conocemos personalmente, hasta aquellos sujetos cuyo trabajo nos emociona y nos forma desde las exposiciones que visitamos cargando una mochila, o buscando artículos y escritos toda la noche en internet.
He sido afortunada de tener una amistad particular con Fernando: las conversaciones en las que compartimos nuestros intereses, lo que nos gustaba pero también lo que nos chocaba del mundo del arte… me asombraba ver como delineaba el programa de su galería: me veía confrontada por los artistas que exhibía, que me atraían pero también me forzaban a salir de ideas preconcebidas. Me fui de Guadalajara a la Ciudad de México en donde encontré a Fernando que venía de Chihuahua. Ahora revisamos diecisiete años de su galería para hacer una lectura de su historia en Guadalajara, el cual se convierte en una geografía que curiosamente permite ver con mayor libertad este conjunto de artistas que congregamos en la exposición. Estos lares han sido siempre una tierra fértil para la creación artística aún cuando es una ciudad conservadora pero con un sentimiento de identidad y arraigo muy fuerte. Estas tensiones son talvez las que nos permiten trazar propios caminos, experimentar y explotar por ese constreñimiento… y ésto siento que es algo que los artistas particulares que son presentados en Gaga hacen constantemente: buscarse fuera o a pesar de las estructuras, cantar o declamar ese sentido de no pertenencia para encontrarnos nuevamente en una colectividad particular. Gracias a Luis, Luis Felipe y a Fernando por compartir su visión en esta revisión.
Mariana Munguía and Luis Fernando Muñoz
Seis, seis, seis.
Hace apenas unos cuantos meses, el 23 de marzo para ser más precisos, Plutón ingresó en el signo de Acuario. Y aunque ahora, retrógrado, Plutón ha vuelto a Capricornio, pronto volverá a Acuario para permanecer allí durante veinte años. Esto puede traducirse como el infierno (Plutón, Hades) en el cielo (Acuario, el copero de los dioses, el aire y la altura, el éter). Y esto es lo que vi, como si de una carta astral se tratara, en los lienzos de Marco Aviña que componen esta exposición. El inframundo ascendiendo a la bóveda celeste.
¿Astrología? Quizá. Puesto que una constelación supone mirar el cielo pictóricamente: trazar con estrellas la imagen de un mito. Y Aviña, que ha visto el final de las imágenes, esboza constelaciones desde una visión escatológica: Seis, seis, seis, el número de la bestia que le da título, es una clara referencia al Apocalipsis de San Juan, a la vez que un guiño rockero.
Acuario, el aguador, es Ganimedes: el copero de los dioses. El bello joven que ascendió a los cielos raptado por el águila de Zeus y luego transformado en constelación. ¿Podría Jim Morrison, esa estrella, ese bello joven arrebatado por los dioses en la flor de la edad, ser un nuevo Ganimedes? Morrison es el Rey Lagarto, y por lo tanto una deidad ctónica. Un anticristo. Su ascenso a los cielos sólo puede entenderse como parte del asalto vandálico de los dioses infernales: el retorno de Luzbel, la venganza de la imagen sobre el dios de lo irrepresentable, la victoria del becerro de oro, la instauración celeste del reino de Satán cuyo rostro triunfal ya se grafitea entre las nubes.
Quizá prefiera yo esta versión del Juicio Final, pues quizá no haya más alta justicia que la del gozo de ser y sobre estos lienzos celestes, estrellados y nubosos, que tradicionalmente suelen ser escenarios de alta teología, imágenes de toda suerte de procedencia, ya académica, ya popular, liberadas de cualquier categoría moral y jerarquización estética, y sin mayor afán de trascendencia, se regocijan en la dicha de su propia aparición. Pues aunque hay cierta insistencia simbólica en su iconografía, y por momentos las figuras parecieran constelarse en alegorías, se trata de alegorías y símbolos mutantes, inestables, inciertos, fugaces. ¿Qué relación hay entre las pastillas rojas y azules de Matrix que aparecen en una de las pinturas con la matriz preñada de esa diosa de la Tierra que protagoniza otro lienzo? Como las nubes en el cielo en las que apenas uno cree reconocer un rostro cuando ya ese rostro se transforma en un paisaje y ese paisaje en un animal y ese animal ya es sólo una nube que el viento disipa y ya no hay nubes, sólo cielo, así sus posibles significados.
¿Pero si no es el infierno de las imágenes el que ha tomado por asalto el cielo sino el cielo el que ha caído? También es posible mirar las estrellas en un charco y los antiguos nahuas llamaban cielos de abajo a los estratos del inframundo. ¿Anábasis o catábasis? “Como es arriba es abajo”, reza un viejo dicho hermético y estos lienzos poseen cierta cualidad de espejo e incluyen su propio revés y son su propio doble. “Caer fue solo / la ascensión a lo hondo”, dice José Ángel Valente en un poema sobre Ícaro.
El vértigo que generan estas pinturas radica en que, no sólo su fugitivo significado, sino sus figuras mismas orbitan en torno a su disolución. Las imágenes (pero más que imágenes, quizá deberíamos decir recuerdos de imágenes) aparecen sólo para vaticinar su desaparición inminente y su conversión en nubes. Los colores estridentes se revelan gradaciones hacia el terrible blanco final que insiste en las nubes que coronan o enmarcan sus fugaces epifanías. Lo que está ya no está. Como las estrellas en el cielo cuyo pasado es la luz de nuestro presente. No hay futuro pero el pasado está por venir a vengarse. Astrología postpunk. La estrella de Mario Bros lleva el halo de los muertos: Game Over. “This is the end, beautiful friend”, canta el Rey Lagarto. Pero el disco gira. Y en su loop la canción vuelve a comenzar.
Luis Felipe Fabre, Ciudad de México, 19 de julio del 2023