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Durango.- Después de un par de semanas de planeación de la exposición con Mariana, a manera de ritual, decido caminar un par de metros de la glorieta de la Cibeles hasta llegar a la cortina del local en el que fue el primer Gaga. Está lloviendo y hay fila para entrar al Contramar. Como no tengo nada que hacer ahí, me retiro.
Uno no es ninguno talló Claire Fontaine en la puerta de madera del baño del Laboratorio Arte Alameda. Junto con los demás artistas participantes en la exposición colectiva Otra de vaqueros -curada por Perros Negros y Toasting Agency en 2007 en ese museo, participando de ese rito universal en los baños públicos. Esta frase también aparece en la obra de este mismo colectivo conformado por Fluvia Carnevale y James Thornhill, que formó parte de la exposición inaugural de la galería Gaga en la Ciudad de México el 4 de enero de 2008 en la calle Durango.
Adriana Lara, artista que junto con Fernando Mesta y Agustina Ferreyra conformaron el colectivo de curaduría y gestión Perros Negros, crea el logo de la galería… esta espiral hipnótica que como una especie de trompo se encuentra en el piso sin moverse. La puerta o el espiral parecen entradas o umbrales a un universo particular, en el que Gaga nos permite transitar por medio del programa que consolida reuniendo a un grupo de artistas de distintas generaciones y latitudes cuya práctica artística comparte narrativas que en ese momento no eran recurrentes en el contexto mexicano. Este aparentemente heterogéneo grupo de artistas reacomodan símbolos, deconstruyen categorías totalizantes y exploran un mundo saturado de códigos, para evidenciar contradicciones en nuestra realidad social pero no desde la denuncia sino desde el juego o la ironía. Con infinita sensibilidad apelan a esa sensación de desasociación del modus operandi del mundo contemporáneo.
Amsterdam.- (Yo vivía en Guadalajara) Coincidía que estaba en Ciudad de México y decidí visitar a mi amiga Luisa en su trabajo. Me muestra una serie de piezas de Sam Pulitzer realizadas en serigrafía y fondos realizados con pintura electrostática. Gaga en aquel momento ya tenía una larga historia, pero esta ya no me tocó a mí vivirla. Estas piezas de Pulitzer me parecen impecables a nivel formal y es hasta que realizamos esta curaduría que me entero que Marce es la responsable de supervisar dicha producción. Ahora que revisamos la muestra “War Pickles” y nos muestran la escultura de acrílico que presenta un dibujo de Rick Owens en calidad de quimera, entiendo la forma en que Pulitzer trabaja con las imágenes, el internet y herramientas análogas como el dibujo y la escultura para crear cyborgs.
Jay Chung y Q Takeki Maeda actúan el video de la canción She’s Gone de Hall & Oates de los años setenta, rescatando una obra de video performance en una era pre-MTV. Como en el resto de obra, buscan apropiarse de las estructuras dominantes del arte para evidenciar lo que se excluye.
Pintar en México (y pintura a secas).- Mientras que allá afuera se discute la pertinencia de tal o cual medio para la creación artística, Kaplun, Aviña y Gurrola, pintan diligentemente en sus respectivas temporalidades, sin prestarle mucha atención al relajo argumentativo que se repite eternamente tanto en espacios de educación artística, como en los encuentros sociales en los que se discute el marco de lo que se considera el Zeitgeist de un momento dado. A pesar de pertenecer a generaciones distintas, la obra de estos artistas encuentra un punto común en acercarse a la pintura desde una sensibilidad que cabalga con anteojeras, sin dejarse distraer por el entorno, caminando hacia un rumbo propio. Gurrola toma a un Guston que se fue de México, pintando a la manera mexicana, antes de erigirse la “cortina de nopal” y lo regresa a nuestro país después de una ruptura de la misma, cuando este se encuentra pintando el limbo que existe entre la abstracción y la figuración: la caricatura. Si pensamos en la influencia de Posada sobre los muralistas mexicanos, este bucle cobra sentido, a pesar de la estigmatización de dicho medio. Gurrola samplea a ese Guston que abandonó el expresionismo abstracto y no se alinea al minimalismo, y de la misma forma que el artista canadiense, él no se alinea a la pintura neomexicanista. Por otro lado, Kaplun y Aviña estudian en la ENPEG “La Esmeralda” al final de una “época dorada” de neo conceptualismo tardío en México, en un momento en el cual la pintura se encuentra más bien marginalizada. A pesar de que después de la crisis inmobiliaria del 2008 de Estados Unidos, los mercados internacionales retoman este medio por su viabilidad comercial, en México el desinterés por la pintura en múltiples circuitos artísticos se extendió hasta finales de la década del 2010. Los artistas como Marco Aviña y Karla Kaplun que pasaron sus años formativos en esta época, obtuvieron herramientas para ser pintores que piensan más allá de los márgenes del bastidor, sin por esto descuidar el oficio que demanda la pintura de estudio. En este contexto, en el año 2012, la artista Adriana Lara realiza la muestra “La pintura (lasser) moderna” en la cual juega con las ideas de la moda como indumentaria e industria y la moda como las tendencias estilísticas dentro del mercado del arte. La pertinencia o protagonismo de dicho medio no está en tela de juicio dentro del programa de Gaga, pues este como muchos otros, es un medio más para la enunciación dentro de los cuerpos de obra de los diferentes artistas de la galería. En el caso de Peter Fischli la pintura del simio que termina en posesión de su tío en su infancia (con el anhelo de que este alcance en algún momento el éxito profesional), posee dos dimensiones, la del ejercicio plástico del artista como niño y la del readymade, reencontrado por el artista como adulto.
A su vez, Ricardo Nicolayevsky, Guillermo Santamarina y en un mismo sentido Juan José Gurrola, se salen de los cánones con energía que extraen y revuelven desde un lugar distinto al del artista que explica su obra desde las escuelas artísticas.
Vestir.- O no necesariamente vestir. Por ejemplo, recuerdo ver por vez primera los Nike Air Streak Spectrum Plus en colaboración con Supreme que el dúo ASMA utilizó como soporte para describir una estampa naturalista con el reconocible tono neo-romántico que distingue al dúo artístico. Los objetos cotidianos son recurrentes soportes en la obra de la dupla ecuatoriana-mexicana, pues las escenas que presentan nos recuerdan aquellas escenas de la pintura decimonónica en la que el artista melancólico, harto de las grandes ciudades, en plena revolución industrial, decide voltear la mirada a aquellas estructuras góticas consumidas por árboles, pastos y musgo. El deseado zapato colaborativo de Nike y Supreme es un producto cultural de nuestra era que es superado por una escena idílica en un estanque sobrevolado por una libélula. Bernadette Van-Huy por otro lado, aprende sobre moda consumiendo todas las revistas que puede y creando los espacios donde la gente pueda precisamente vestir: las fiestas. En el caso de BC, la moda no se vuelve un material de la obra artística, sino que la sesión de fotos es el objeto artístico, como se puede observar en la serie de fotos que el colectivo realiza utilizando las piezas de la colección Jumex como utilería para una serie de fotos que toma como referencia las pinturas de Mary Cassat para sus composiciones. La moda es una disciplina artística del día a día y precisamente por eso varios artistas de la galería realizan tanto ropa como joyería como una extensión de su oficio artístico.
La aparente vacuidad del mundo de la moda y del arte se vislumbra en las fotografías de moda de Bernadette Corporation, a través de composiciones de Mary Cassat y obras de la colección Jumex o las ideas del poeta Mallarmé. Éstas, a su vez, dialogan con la belleza en los objetos de Marc Camille Chaimowicz, remitiendo al diseño de interiorismo, considerado un arte menor al arte expuesto en galerías. La asociación de símbolos como dibujos se puede ver en la joyería de Ana Pellicer y las creaciones de joyería de Mended Veil -el alter ego de Danny McDonald, quien nos ofrece también estas escenas de la vida a través de muñecos y props del imaginario contemporáneo, al igual que Mathieu Malouf pintando imagenes de objetos o situaciones de la vida cotidiana.
Sacar la galería de la galería.- Emily Sundblad, como buena galerista/artista, decide salir de la galería con su exposición (pues imagino que puede ser más cansado estar dentro de una galería dirigiéndola que exponiendo en ella). De una manera que me recuerda a Eydie Gorme con Los Panchos, Emily canta un cover en español de la canción “Enjoy the Silence” de Depeche Mode en el piano, debido a que la artista menciona que le gustaría hacer objetos artísticos que el público no especializado pueda apreciar. Presenta pinturas en el inmueble de a lado, el restaurante Contramar y ameniza las calles del centro histórico de la ciudad de México en la calle de 5 de Mayo cantando sobre pistas de piano. Fernando Palma se filma caminando a las orillas de la ciudad de México con una cabeza de coyote de cartón. Podría decirse que las piezas de Palma intentan moverse para escapar de la galería, pero mueren en el intento. En el caso de Gurrola, el asunto es más de entrar y salir entre el teatro y la galería. En el de Nina Könnemann, de meter y sacar (de un bote de basura, una caseta de cargado de celulares) y de estar afuera de la galería y el estudio, filmando en las calles. También se debe salir para fumar, debido a que ya no se permite dentro de muchos edificios hoy en día.
Filmada en la Ciudad de México en 2007, Imperio es un remake de la famosa obra Empire de Warhol realizado en colaboración entre Reena Spaulings, Claire Fontaine y Bernadette Corporation, en donde observamos la Torre Latinoamericana inerte que a su vez nos permite ver en ella reflejada nuestras idealizaciones de lo que significa ser moderno o ser partícipes en conversaciones en un mundo globalizado. Pero sobre todo, es un llamado a las asociaciones de mundos que coinciden no en las reglas o diálogos imperantes sino en los de narrativas y experiencias estéticas compartidas fuera de éstas.
Sentarse en el piso.- Importante. En el pasto de alguna terraza, o en el pretil de la ventana. Con artistas de todo tipo, principalmente para platicar, si es en la calle, de nuevo, porque no se puede fumar adentro.
Fernando nos comenta lo que significa representar al artista suizo Peter Fischli en su galería. Fischli es un artista que surcó el mundo del arte dentro del colectivo que creó con su amigo David Weiss y que a partir de la muerte de éste, regresa a trabajar en solitario a sus 60 años. En este sentido es muy simbólico que Gaga tenga en su inventario el dibujo de un chango que pinta de niño y que regala a su tío, quien lo guarda como presagio a su futura carrera como artista.
También formada en las escuelas artísticas de Suiza, Vivian Suter replantea su práctica a partir de las condiciones atmosféricas y temporales del lugar donde decide vivir a partir de 1982: Panajachel, Guatemala. Su entorno se vuelve no objeto de inspiración y representación sino de coautoría.
Gesamtkunstwerk (no sé alemán).- Vivir en la rigidez de las categorías puede hacer que uno se aburra mucho. Es interesante cuando la obra artística existe en las fiestas, dentro de una memoria USB, en una servilleta en la sobremesa, en una habitación de gran tamaño o en los bolsillos. Cosima von Bonin aboga por exposiciones colaborativas en las que sus peluches escultóricos parecen invitar al espectador a sentarse con ellas a platicar. Lo que podría ser una pieza bidimensional montada en pared, se vuelve objeto escultórico que corta el espacio. En la obra de Marc Camille Chaimowicz también podemos detectar unon ejercicio creativo que va desde realizar dibujos, diseñar muebles, diseñar lámparas y crear objetos en general, hasta la creación de espacios. Chaimowicz reivindica a través de su trabajo el ejercicio sensible cotidiano de crear un espacio. Ana Pellicer por otro lado presenta en el espacio como objeto escultórico los mismos pendientes que podrían colgar de las orejas de la o el espectador. La escultura no reemplaza al objeto de joyería, ni viceversa, sino que Pellicer nos permite portar y habitar con los objetos, ambas dimensiones al mismo tiempo. Los cuerpos de obra que nos permiten experiencias estéticas tangenciales pero al mismo tiempo integrales, me parecen en la contemporaneidad las que mayor cercanía poseen con la idea de “obra de arte total”.
La performatividad como acto de creación integral es algo inherente en muchos de estos artistas. Emily Sundblad canta increíble, es artista pero también tiene un proyecto de galería en colectivo. Alex Hubbard cuestiona el acto mismo de pintar, de realizar composiciones, pero también de cómo se usan sus obras.
Las palabras.- La primera frase que identifico en el video de Karl Holmqvist que Fernando nos muestra en una laptop a Mariana y a mí en una tarde calurosa en Guadalajara es la letra de la canción “Cocaine In My Brain” del artista jamaiquino Dillinger. Me comentan que era una experiencia alucinante la forma en la que las palabras del artista sueco resonaba en las paredes del Laboratorio Arte Alameda en 2007, a pesar de esto, el solazo de la calle, las labores del taller mecánico que se encuentra frente a la galería y demás sonidos propios del mediodía, se vuelven una extensión de los poemas de Holmqvist, que se construyen como un collage que integra el sonido de las palabras escritas por el artista, fragmentos escritos por otros autores y la visualización de las palabras recitadas. Las palabras son comunes en las galerías, pero en Gaga estas no actúan solamente como complementos de los objetos artísticos, sino que son elemento protagónico de las exposiciones. El artista mexicano Guillermo Santamarina, por ejemplo, además de producir arte desde los objetos, plantea sus títulos desde una sensibilidad poética que puede surgir en el vivir cotidiano de la mesa de un restaurante. En la muestra colectiva del año 2014 “Todos los originales serán destruidos” esto se hace evidente en el hecho de que la muestra conjunta obras realizadas por escritores, entre ellos Luis Felipe Fabre. En la Ciudad de México, entre conversaciones, me comenta el escritor que en el campo del arte contemporáneo es donde irónicamente se topa con más censores de su pluma, pero que a pesar de esto, Gaga es el espacio en donde su obra literaria ha dialogado con el arte contemporáneo de manera más libre. Por esta razón nos pareció pertinente integrar un texto del escritor capitalino como una obra más dentro de la exposición.
Ir a Guadalajara.- Después de un año fuera de la capital jalisciense, me entero de que un grupo de artistas a quienes estimo, asisten con recurrencia a la nueva sede de la galería Gaga en la ciudad. Este grupo reúne artistas plásticos, escritores, músicos, productores audiovisuales y diseñadores de moda. A partir de la apertura de dicho espacio en la ciudad de Guadalajara, este grupo, a los ojos de la ciudad “desordenado”, pareció obtener un nuevo norte. Al realizar esta curaduría, nos encontramos con cuerpos de obra en los que se integran la pintura, la literatura, el ready made, la fotografía, la indumentaria, el teatro, el performance, el video y cualquier otro lenguaje que permite reacomodar elementos preexistentes para expresar la subjetividad humana. La elección de una carrera artística ofrece muchos más momentos de desconcierto, añoranza y desorientación que de certeza, conformidad y dirección concreta. Esta turbulencia emocional, propia de las actividades de “lo sensible”, viene por fortuna de la mano con amistades particulares, que no solo hacen llevadera la vida de quién decide tomar este camino, sino que también alimentan esa parte de nosotros que no se puede señalar en el cuerpo. Estas amistades abarcan desde personas que conocemos personalmente, hasta aquellos sujetos cuyo trabajo nos emociona y nos forma desde las exposiciones que visitamos cargando una mochila, o buscando artículos y escritos toda la noche en internet.
He sido afortunada de tener una amistad particular con Fernando: las conversaciones en las que compartimos nuestros intereses, lo que nos gustaba pero también lo que nos chocaba del mundo del arte… me asombraba ver como delineaba el programa de su galería: me veía confrontada por los artistas que exhibía, que me atraían pero también me forzaban a salir de ideas preconcebidas. Me fui de Guadalajara a la Ciudad de México en donde encontré a Fernando que venía de Chihuahua. Ahora revisamos diecisiete años de su galería para hacer una lectura de su historia en Guadalajara, el cual se convierte en una geografía que curiosamente permite ver con mayor libertad este conjunto de artistas que congregamos en la exposición. Estos lares han sido siempre una tierra fértil para la creación artística aún cuando es una ciudad conservadora pero con un sentimiento de identidad y arraigo muy fuerte. Estas tensiones son talvez las que nos permiten trazar propios caminos, experimentar y explotar por ese constreñimiento… y ésto siento que es algo que los artistas particulares que son presentados en Gaga hacen constantemente: buscarse fuera o a pesar de las estructuras, cantar o declamar ese sentido de no pertenencia para encontrarnos nuevamente en una colectividad particular. Gracias a Luis, Luis Felipe y a Fernando por compartir su visión en esta revisión.
Mariana Munguía and Luis Fernando Muñoz
Happy For No Reason is an exhibition crossed by several streams of questions. Technical reproduction, hijacking and quotations of art-historical references are some of the paths that can be taken to travel through the show.
L.G.B.T.Q. post-card rack creates a ready-made reminiscent of Duchamp’s détournement of the Mona Lisa (with and without a moustache) under which he had written L.H.O.O.Q. (She has a hot ass): Claire Fontaine transforms this playful gesture into a statement about gender ambiguity (largely present in Leonardo’s paintings) and a message that can be taken home or sent off as a post-card about the general confusion of our sexual identities and desires.
The experience of peering at images through screens that, being fragile, often break is typically contemporary. The two light-boxes Lament and Don’t fix it reproduce, through the aesthetics of advertising light-boxes that are found in airports and shopping malls, images seen through a cracked phone screen. Covering a detail of Giotto’s Mourning over dead Christ and a photograph of Duchamp’s The Bride Stripped Naked by her Bachelors Even the breakages modify our perception of both forms and contents and, once enlarged, appear as irreparable.
My Ass is a sculpture that references the rumor according to which the true author of the urinal was Dadaist artist and poet Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven, a close friend of Duchamp giving him the nickname of M’Ars (a pun playing on the sounds ‘Mars’, the god of war, and ‘my ass’). The bidet functions as a feminized counterpoint to the iconic urinal, whose aura is resolutely masculine.
Evil/Good quotes the familiar Apple logo but without its characteristic missing part, as if Eve’s original sin never took place and the separation between good and evil, false and true were still in place.
I, We, Yes; Je communique, ils surveillent; On vous intoxique and Retour à la normale hijack posters made in the Paris’s Ècole de Beaux-Arts silkscreen studios in May ’68. These silkscreens have been reproduced and transformed, preserving the imperfections of their original versions.
Anemic Moon displays an image lifted from a campaign of the Egyptian Red Crescent inviting people to donate blood. Red liquid flows into an arm from a crescent moon, strongly suggesting that help and compassion instead of war are needed in the Muslim world. Claire Fontaine’s reflection on the fragility of private property in our society is pursued in two sculptures.
2228 W. 7th Street, 2nd Floor (entrance on S. Grand View St.), Los Angeles, CA 90057 is a copy of the gallery keys made out of a soft metallic alloy realized with the technique of instant moulding borrowed from the FBI. The keys can only be used once to enter the gallery without permission, therefore they have a use value, but it’s use destroys the artwork by making it into a tool.
The Passe-Partout (Hollywood) http://www.lysator.liu.se/mit-guide/mit-guide.html http://www.hackerethic.org http://www.lockpicks.com http://www.lockpicking101.com http://www.gregmiller.net/locks/makelockpicks.html references the #metoo scandal that shook the American movie industry in the past years and evokes the contradictions of a world that creates dangerously frustrating desires in its audience and at its core. Passe-partouts are an ongoing series of sculptures fabricated from anonymous instructions given to possible thieves that anyone can find on line. They imply a certain number of artisanal manipulations on vulgar and cheap objects (saw blades, bicycle spokes, paper clips). But the potential use value present within the object alludes to the possibility of troubling the usual circulation of private property and inevitably evokes the problematic of theft and appropriation. The addition of small touristic gadgets introduces an ironic glance on the relationship of the artists to work-related trips and the gains or losses that accompany them. The passe-partouts are also small metaphors of unofficial means that are used to open all sorts of doors that one often finds closed in everyday life.
Newsfloor is an immersive site-specific installation that sensibly alters the perception of the white cube, giving to the space a feeling of floatation. The conceptual background of the work is related to both the primary and the secondary use of newsprint, with the dematerialization of information and the online availability of its content, printed press has become increasingly devalued and can literally be used to walk upon. The processes referred to as “fake news” are in fact structural adjustments of the role of journalism in an increasingly decaying democracy that can no longer protect free press.
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The luxury of making sense
“One day he told me and Gallese: “I know a group of researchers in Marseille, they work on the way smells provoke emotions, this could make it possible to verify if there are mirror neurons for empathy” “How?” we asked. “By using smells that provoke certain emotions and showing at the same time faces that express similar emotions. At this point we can check if in both cases the same areas are activated.” (…) We found then that the same voxels, meaning the same dots in the maps of the functional magnetic resonance, were activated whilst the emotion was evoked by natural stimulations (for example the smell of rotten eggs) and when the subjects were seeing – in fact reading – the same emotion, disgust, in the other. We saw immediately that (…) other people’s emotions weren’t “cognitively” understood but they were felt “directly” as one’s own.”
G. Rizzolatti, A. Gnoli, In te mi specchio, 2016.
If the physical consequences of starvation are known, and we are all familiar with the permanent or ephemeral damage that lack of food causes to the body, we are less informed about the ways in which other deprivations mutilate and irreparably transform us. Living in debt, for example, cripples the soul. Anxiety kills empathy. Fear destroys dignity. Poverty means, above all, that people cannot be certain things, cannot know what life could be if they weren’t economically deprived of their ability to exist. Ultimately people in need, by withdrawing their freedom and their emotional intelligence from the world, dilapidate the patrimony of humanity, erode our capacity to understand each other. And in the desert of their absence, racism, cruelty and indifference grow.
Fifty years ago in many western countries a revolt of young workers and students exploded to reclaim a different life, where love and the exploration of the body could be an important part of everyone’s existence. This meant untying subjectivities from the debt to society, detaching them from the limiting position of being pure workforce or a workforce to be, from having to fight a war or obey their oppressors.
Feminism began to say then – and it’s still saying today – that all we know about love is a patriarchal fairy tale, told over and over again with the sole intention of enchanting an unacceptable state of things. Love is yet to be invented: the simple fact that poverty still exists proves it.
“After several episodes, the knight, who has been received in the castle where his lady is, declares his love to her and is rebuffed. During a long colloquy (…) the knight (…) succeeds in placing a ring on her finger. When later she becomes aware of the ruse, she angrily sends for the knight and demands that he takes back the ring (…) Taking it back, he said “Many thanks;/ Surely the gold has not tarnished,/ if it returns from that lovely hand.”/ She smiled, for the thought that/ he would replace the ring on his;/ but instead he did a shrewd thing/ that later brought him great joy./ He leaned over the pool,/ which was but a span and a half/ in depth, so he did not fail/ to see in the clear water/ the reflection of that lady/ whom he loved more than anything/ in the world. “Know then,” he said,/ “in a world, I will not take it back,/ but my sweet friend will have it, whom/ I love best after yourself.”/ “God!” she answered, “we are alone here,/ where will you find her so quickly?”/ “I swear it, soon you will be shown/ the valorous and noble who will have it.”/ “Where is she?” “By God see her there, look/ at your beautiful reflection that awaits./ For you,” he said, “my sweet friend!”/ As my lady does not wish it,/ You will take it – do not refuse.”/ The water was a bit troubled,/ as the ring fell into it;/ and, when the reflection was dissolved:/ “Behold,” he said, “lady, now she has it.” G. Agamben, Stanzas, 1993
In Le Lai de l’Ombre, the most admired poem by the Norman trouvère Jean Renart, a knight, who is courting a lady, seeks her spiritual love and nevertheless idolizes her physical image. The lady’s reflection on a pool’s surface finally accepts the ring and the engagement that the woman in the flesh had refused: they live happily ever after. When Renart was writing these lines, the streets of French cities were littered with bodies of homeless people, the muddy roads of the countryside were infested with vagrants fleeing their empty houses and sterile fields to seek survival. The crackdown on contraception and infanticide at that point was so hard that the number of poor, vagabonds and beggars had swollen to unprecedented proportions. In 1179 pope Alexander III condemned in his speech, at the second Lateran council, the parasitical system of loans in place, the mort-gage – which caused people to lose not only their property but the usage and the gains of their business, leaving them with no hope of ever regaining self-sufficiency – but the loan sharks kept strangling the population causing epidemics and endemic misery. Illness and food shortage hit Anjou in 1124, famine decimated Aquitaine between 1161 and 1162 and starvation created an army of deracinated peasants between the Seine and the Escaut in 1197. Mollat writes in Les pauvres au Moyen-Age: “many were forced by such cruel necessity that they took a path contrary to their habits, became criminals and died hung”. Each one of the people who then perished of sickness and hunger, were taken to the scaffold or burnt as witches, often without anyone remembering their name or shedding a tear, if put in the knight’s shoes could have displayed the same delicate sensibility and offered, after a passionate discussion, their love to the trembling image of their beloved one reflected by the surface of a clear pond.
“I have experienced a real regret for the original integrity from which I’ve felt I had taken my distances: in the disorientation of desiring the resonance of another lost woman, I became aware of myself” C. Lonzi, È già politica, 1977
Mirror neurons, latest researches have proven it, are responsible not only for our empathy but for our capacity of feeling things as if they were happening to us or we were the ones doing them, although we are just watching them. We don’t need to be told that people are in pain to feel the urge to help them when we see them suffering. The reasons that prevent us from doing it are the same that prevent us from thinking, experimenting, being courageous: we can’t afford it. The luxury of making sense belongs to radical feminists, prison abolitionists, incorruptible philanthropists, war doctors and fearless reporters. Otherwise economy always wins, small calculations are integrated to our selective capacity of recognizing ourselves in others, we live in denial of the evidence of communism. Lonzi writes in her diary a disturbing tale about the social fabric that connects us: “the way she was she couldn’t have helped me, but in the group that I had formed she had found a way of becoming herself and of pushing me to do the same. So I’ve understood why I had made feminism: in order to make Sara exist, so that she could make me exist”. We can keep ignoring what ties our destiny to the one of others, not see them as our mirrors, neglect what we could have in common, but by doing so we might lose the only possibility that was offered to us of giving a meaning to life. And making sense will remain the ultimate luxury which less and less people will be able to afford.
Claire Fontaine, Los Angeles, 9/6/18
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For her second exhibition at Gaga Arte Contemporáneo, Claire Fontaine has lowered the ceiling of the gallery transforming it into a support to burn an excerpt of Lidia Falcon’s book Letters to a Spanish Idiot. The text describes the vicious circle of unpaid and unrecognized labour: domestic work is a perpetual movement, a repetition with imperceptible differences, a continuous reproduction of material life, that very same material life that is regenerated just to be exploited and exploited just because it will be regenerated.
The expression Ploughing the sea is the title of the exhibition and refers to the work of Sisyphus that we all do day after day in order to participate in a system visibly corrupt and devoured by crisis.
The sculpture entitled Missing, composed of the barrels from several shotguns, evokes violence as a problem and as a solution. The now concealable sawn-off shotguns are not exhibited, leaving the viewer with the doubt that they could possibly be in use somewhere else.
Untitled (Black dildo washer) is a domestic dishwasher filled with black latex dildos. The dildo, being the symbol of the deepest promiscuity between the object and human flesh, becomes here an industrial washable tool to be reused by others within an anonymous chain of consumption of satisfaction.
Money Trap is a perforated safe where the hole cut in the door – like the one made to trap monkeys – allows an open hand to enter but blocks a fist holding an object from getting out.
Claire Fontaine, Mexico City, January 2011
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For the inaugural exhibition of Galeria Gaga in Mexico City, Claire Fontaine presents a series of paintings, two smoke drawings and two neon signs.
Capitalism is not working, evokes the problematic status of contemporary painting between the mystic and monetary, between the secret paintings and the money paintings. The spectator is here relegated to the position of the indiscreet observer spying upon the repetitive composition of pin numbers at an ATM. The moment of the anonymous transaction of financial fluxes, represented by simplified hands without a body, recalls many other hands, very visible and often gloved, that more and more often take in charge the economy of our lives.
The traits of Mao obliterated by the sentence “capitalism is not working” say something about the failure of that old phantom of capitalism that Maoism has been, while the portraits of Marilyn manifest the link between the cult of the personality and the technical reproduction of images, in Warhol’s work and everywhere else. The texts that disfigure these faces tell a story, as if in superimposition, to be read or to be written by a “we” which is still potential.
AMERIKA and CAPITALISM KILLS are maquettes for two signs to be realised with strip lights, in a font titled K. in homage to Kafka. These refer to the sad tradition of the migrants and function as monuments to their endlessly broken dreams.
The moral of the story told by Claire Fontaine in this exhibition is that at the heart of the most arrogant commercial prosperity a shameful poverty proliferates, and that in the midst of Third World deprivation priceless wealth multiplies.
Marxist analytical tools leave us powerless if we want to grasp the recent moment when the bourgeoisie has ceased to be ashamed of itself and has launched a new season of class struggle on a planetary scale. But now we know clearly that when they talk about economy and rationalisation it’s affects and desires that are at stake. And by the way you only have one minute left to type your pin number and to imagine all the possible worlds that your everyday automatisms let suffocate.